La educación en valores es una de las bases del sistema enseñanza español, cuyo objetivo es ir más allá de la adquisición de conocimiento sobre determinadas materias o el desarrollo de unas habilidades concretas. Lo que se busca es formar a los alumnos para que estos se conviertan en ciudadanos responsables con una sólida base moral y cívica que favorezca la libertad personal, la responsabilidad, la sostenibilidad, la tolerancia y el respeto a la justicia. En definitiva, la educación en valores tiene como objetivo formar ciudadanos democráticos con actitud crítica y capacidad de adaptación a la continua transformación de la sociedad del conocimiento.
En este contexto, el imparable y vertiginoso proceso de digitalización obliga a trabajar en los alumnos, como parte del proceso de alfabetización digital, valores que fomenten el respeto a la propiedad intelectual como base de la sostenibilidad de la cultura. El respeto a la legislación vigente en material de propiedad intelectual y a los derechos de los creadores debe ser una parte ineludible de la competencia digital y de esa educación en valores que busca la formación de ciudadanos responsables capaces de participar en la economía y en la vida social conforme a los valores democráticos.
Y se entiende como competencia digital (CD), según el Ministerio de Educación, aquella que implica el uso creativo, crítico y seguro de las tecnologías de la información y la comunicación para alcanzar los objetivos relacionados con el trabajo, la empleabilidad, el aprendizaje, el uso del tiempo libre, la inclusión y la participación en la sociedad. Se trata de una competencia clave del actual currículo español de acuerdo con la Recomendación del Consejo de Europa de 22 de mayo de 2018 relativa a las competencias clave para el aprendizaje.
Como parte de esa competencia digital, la educación debe dirigirse a que los alumnos conozcan los derechos, deberes y riesgos del mundo digital; manejen el lenguaje específico de este ámbito, sus fuentes y las principales aplicaciones informáticas; sepan buscar, obtener y tratar información, usarla de manera crítica y sistemática; crear contenidos y utilizar los recursos tecnológicos para la comunicación. Pero, estas capacidades han de ir acompañadas de valores como la actitud crítica ante la información, la curiosidad y la motivación frente al aprendizaje y, sobre todo, el respeto a la legislación y a los principios éticos en el uso de las tecnologías y la información.
Para trabajar el desarrollo de todas estas competencias digitales, CEDRO ha creado la Escuela del Derecho de Autor (EDA), un portal con recursos educativos de apoyo y desarrollo de la digitalización educativa respetuosa con los derechos de propiedad intelectual. La iniciativa cuenta con el apoyo de los fondos Next Generation de la Unión Europea y el Ministerio de Cultura y Deporte y se asienta sobre la misión de CEDRO de proteger los derechos de autor, velar por el uso legal de las obras e impulsar iniciativas de apoyo a autores y editores que garanticen la sostenibilidad y el desarrollo de la creación y de la cultura escrita.