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El uso responsable de las pantallas en el aula
Como ha ocurrido en el resto de los ámbitos de nuestra sociedad, lo digital ha llegado a las aulas para quedarse y está transformando el modo en que profesores y alumnos se enfrentan al aprendizaje de nuevas disciplinas y habilidades. Nunca antes la escuela había tenido a su alcance tantas herramientas para el aprendizaje interactivo o el acceso a información en tiempo real. Aún así, persiste el debate sobre si las pantallas deben entrar en el aula, si la educación debe ceñirse a los métodos tradicionales o incorporar las posibilidades que plantean las nuevas tecnologías.
El ámbito académico no puede dar la espalda al progreso, pero debe buscar el equilibrio perfecto para sacar el mayor provecho a las herramientas que la tecnología pone a su servicio, minimizando los riesgos asociados a su uso. Para ello, es esencial que las metodologías pedagógicas se adapten y busquen el desarrollo de habilidades en los alumnos que favorezcan un uso crítico de la tecnología. La alfabetización digital debe ser parte de los currículos de primaria y secundaria para promover el uso responsable de las tecnologías desde la infancia.
Esto incluye enseñar a los estudiantes a diferenciar las fuentes de información con espíritu crítico para detectar aquellas fiables de las que no lo son; implica conocer cómo salvaguardar la privacidad en línea y cómo crear contenidos respetando la propiedad intelectual y los derechos de autor, entre otras habilidades.
En lo que respecta a la educación en materia de propiedad intelectual y derechos de autor, la Unión Europea reconoce la importancia de instruir a los estudiantes en estas etapas y ha puesto en marcha diversas iniciativas para integrarla en los sistemas educativos de los Estados miembros. Proyectos como Ideas Powered @ School buscan involucrar a toda la comunidad escolar en el aprendizaje sobre propiedad intelectual. En línea con este proyecto de la UE, CEDRO creó la Escuela del Derecho de Autor, una iniciativa que pone a disposición de la comunidad educativa los recursos necesarios para propiciar la formación del alumnado y profesorado en esta materia.
En definitiva, la entrada de las tecnologías en las aulas requiere iniciativas como estas para el desarrollo de aquellas habilidades que permitan a la comunidad educativa incorporar el mundo digital a sus rutinas de aprendizaje, minimizando riesgos y aprovechando las oportunidades que ofrece.
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